jueves, 12 de diciembre de 2013

La diversidad es la unidad en la actual literatura latinoamericana

ÁLVARO GONZÁLEZ Guadalajara (México) 7 DIC 2013 - 23:34 CET


Los escritores latinoamericanos reunidos en la Feria de Guadalajara explican sus rutas y exploraciones literarias


La pluralidad de voces, la mezcla de razas y la hibridación de géneros son algunas características de la actual literatura de los 20 países que conforman América Latina. El retrato literario, si existiera, sería la diversidad y en el deseo de contar el mundo y contenerlo desde los micromundos que sus autores describen. Así ha quedado reflejado en la sesión Latinoamérica viva, de la Feria Internacional del Libro de Guadalajar que termina hoy.

A esa aspiración de una foto fija, que aquí es mosaico, se suma el hecho de que en muchos de los autores nacidos en las décadas de los setenta y ochenta aún existe una relación ambivalente con los grandes escritores del Boom latinoamericano. Algunos se debaten entre matarlo, mientras otros prefieren tenerlo en la mesa de noche. “Con los escritores de mi generación sucede un fenómeno particular, o tienen un respeto absoluto o de rechazo total con la tradición. La relación con nuestros padres literarios es un poco neurótica”, reconoce Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983), autora de Los ingrávidos y La historia de mis dientes.
La tarea de definir o de situar la literatura de la región es un trabajo complejo, una tarea casi imposible. La cantidad de autores, el número de países, la diversidad de géneros, la migración, internet, hacen que el mapa literario sea inabarcable. Siete autores menores de cuarenta años dan algunas pistas y se animan a tomar el pulso de lo que se escribe actualmente.
Quizás estoy haciendo una simplificación, pero hay un tema recurrente en estos autores: la familia disfuncional, las relaciones de pareja y la vida cotidiana, dice Iparraguirre
“Siempre destaco el caso de Carlos Yushimito porque representa lo que es ser un escritor latinoamericano en la actualidad. Es peruano de ascendencia japonesa que escribe sobre las favelas brasileñas desde Estados Unidos. Yo, por el contrario, soy un escritor limeño que escribe en Lima sobre limeños no reniego que formamos parte de una tradición extraordinaria formada por Roberto Bolaño, Vargas Llosa y muchos más”, dice Jeremías Gamboa (Lima, 1975).

Para una generación que considera el Boom como un asunto más de los libros de historia y cuyos estilos narrativos no están atados a nombres particulares, ni a temáticas nacionales, cada uno reivindica su propia producción, en muchos casos a través de un universo intimista.
Por eso, a la hora de establecer un canon se recurre a encuentros como Bogotá 39, a las listas de la revista Granta o a las antologías. La editorial peruana Casatomada publicó en 2009 Asamblea portátil, un libro que reunió el trabajo de 25 escritores nacidos entre 1974 y 1987 y que establece unas coordenadas más o menos precisas que pueden dar una visión aproximada sobre la narrativa latinoamericana contemporánea. “Los autores más recientes utilizan un sampling que los libera de la carga social impuesta a sus antecesores para crear un panorama más diverso”, se afirma en el texto de introducción.
“Quizás estoy haciendo una simplificación, pero hay un tema recurrente en estos autores: la familia disfuncional, las relaciones de pareja y la vida cotidiana”, asegura el peruano Alexis Iparaguirre (Lima, 1974).
Antonio Díaz Oliva (Chile, 1985), quien cursa una maestría en la Universidad de Nueva York, coordina el proyecto 20/40 una antología de eBooks de autores latinoamericanos que viven en Estados Unidos que se presentó hace un par de meses en la Universidad de Cornell. Cuando termine el proyecto se habrán editado cinco libros digitales con relatos de cuatro autores cada uno. En la FIL de Guadalajara presentará el segundo volumen.
La pregunta ¿desde dónde estoy escribiendo? recorre todos estos relatos. Los términos como fronterizo o glocal podrían ayudar a la hora de entender a estos autores, dice Díaz
“La pregunta ¿desde dónde estoy escribiendo? recorre todos estos relatos. Los términos como fronterizo o glocal podrían ayudar a la hora de entender a estos autores”, dice el escritor y editor chileno.
La migración, la identidad, la movilidad no son temas recientes, sino realidades que ya experimentaron los autores del Boom. “Uno de los grandes escritores de Chile es José Donoso. Donoso vivió muchos años fuera de Chile. Y el Boom... ¿cuántos de ellos vivieron fuera de sus países? Y no sólo eso: ¿cuántos de esos escribieron sobre temas, tradiciones o temáticas que no eran las que generalmente se asocian con sus países? Volviendo a Donoso, sin ir más lejos, sus primeros relatos están escritos en inglés, con una prosa más pensada en español. Más fronterizo que eso no creo que exista”, opina Díaz Oliva.
Con el concepto de literatura nacional superado, para muchos, como para el boliviano Rodrigo Hasbún (Cochabamba, 1981), todavía es posible pensar en tradiciones literarias regionales. “En mi caso, puedo ser un escritor cochabambino, boliviano y latinoamericano, dependiendo desde dónde se mire. Son territorios imaginarios que se superponen y en los que seguramente aparecería ocupando y defendiendo distintas posiciones”.
El caso brasileño merece un análisis aparte. Durante una de las charlas del foro Latinoamérica Viva que organiza la FIL, Guadalupe Nettel afirmó que percibía un mayor compromiso político en los escritores brasileños que en los mexicanos.
“Yo no puedo hablar mucho de Brasil porque no lo conozco. Es evidente que en países como Chile existe un gran número de autores comprometidos políticamente y lo mismo sucede en México”, dice Valeria Luiselli.
El brasileño Ricardo Lísias (Brasil) valida esta tendencia. “Yo escribo para enfrentar los conflictos de mi país. Tenemos problemas internos muy grandes que la gente de afuera no sabe que existen”.
La mayoría de los autores reivindica la libertad de creación y no suele tener ataduras sociales o históricas respecto a sus padres y abuelos literarios. “Cuando uno se convierte en un predicador de principios y se casa con una forma literaria la libertad para explorar se acaba”, dice Luiselli. “Hay muchos autores que tienen tienen la obsesión de ocupar lugares de autores clásicos. Quieren ser el próximo Carlos Fuentes, pero lo que nos salvará como escritores es tener una relación más libre y menos respetuosa con la tradición”.
En eso está de acuerdo Emilia Fraia (Brasil, 1982) autor de El verano del chivo (Alfaguara). “Autores como Valeria (y otros más) han empezado a inventar cosas nuevas porque el mundo no nos resulta suficiente”. Jeremías afirma que su generación tiene nuevas tareas y retos. “Retratar el universo doméstico, hablar de la la intimidad, incorporar las relaciones familiares y sociales, indagar en el hombre y la mujer común”.
Otros, como Juan Álvarez (Colombia, 1978), prefiere quitarle romanticismo al tema. “Mi principal preocupación narrativa hoy es conseguir dinero”.


sábado, 30 de noviembre de 2013

El tercer domingo




El escritor Juan Alberto Osorio presentó el miércoles 27 de noviembre su segunda novela: “El tercer domingo”, en el Club Kuntur de la ciudad de Puno. Al turno del uso de la palabra señaló a propósito de su nueva obra, que no le interesa la novela “lineal” en la que el autor debe decirle al lector que va a suceder al final, o cuál será el desenlace, y en la que por supuesto, el lector espera a ver qué sucederá con el conflicto. Osorio, más bien, prefiere experimentar con la novela, dentro de ella con el lenguaje, manifestó. Aquí la transcripción de la contratapa del último libro del autor:

“El Tercer Domingo” (2013) ha sido publicada en la ciudad del Cusco por Sieteculebras Editores. Es una novela sencilla y compleja, a la vez. Heterodoxa como La Frontera (2011), la anterior novela del autor. Quebranta prescripciones y emprende cursos propios. Trata de un escritor que se propone escribir una novela, y no lo consigue, pese a sus empeños. Y muere con esta frustración. Pero más allá de esta anécdota están otras cosas, como pretender problematizar la propia ficción, querer escribir sobre la escritura. Intenta ser, además, una novela sobre la novela.
A lo largo de sus páginas prevalece una fuerte carga subjetiva, que marcha paralela, y hasta en disputa, con un verosímil práctico. Las historias se abren en varias direcciones, pero siempre bajo el hilo conductor de una novela imposible, y en la que no está ausente cierta ironía.

Junto a la temática del fracaso en la escritura de una novela, están otras, cuyo propósito es aplacar la tensión producida por la primera.

jueves, 10 de octubre de 2013

Accésit Concurso Internacional de Microrrelatos Fundación César Egido Serrano - Museo de la Palabra

Accésit en lengua inglesa: Daniel Moreau, natural de Chicago, Estados Unidos

El Viejo Paciente
El viejo paciente me dijo que nunca abriese el armario. "Hay un tigre allí y si lo haces nos devorará a los dos", dijo. Como celador, parte de mi trabajo es seguir la corriente a nuestros pacientes, así que acaté los deseos del anciano. Cuando murió, meses más tarde, metí en una bolsa sus escasas posesiones. El armario, sin embargo, lo dejé. Yo también había imaginado las rayas del tigre, los dientes como cuchillas, los bigotes como alambres y los ojos luminiscentes. Me lo imaginé paseándose hacia adelante y hacia atrás dentro del armario esperando a abalanzarse sobre la primera persona lo suficientemente tonta como para abrirlo.

Accésit en lengua Árabe: Tarek Emam, natural de El Cairo.
Un ojo
Una vez, encontré un ojo tirado en una de las calles, uno real. Incluso cuando me incliné y lo cogí suavemente toqué sus lágrimas. Todavía era capaz de ver un ojo ciertamente diferente de los ojos sinceros esparcidos por las aceras de El Cairo. Continué llevándolo con cuidado para no reventarlo, buscando a alguien para regalárselo. Le estaba mirando de reojo, y lo vi contemplando la ciudad derrotada, sin rostro que mira con él, sin un vecino que le acompaña para ver junto a él. Al final- se me cansó la palma atenta y cargada con él – lo apreté violentamente, hasta que sentí que el mundo se oscureció ante él. En este día en especial, conocí a mucha gente que lo perdieron todo, excepto sus ojos, y sólo en casa, me acordé de que un día, perdí un ojo.

Accésit en lengua Hebrea: Yinon Tal, natural de Israel.
La libertad
La libertad, pregunté y no percibí respuesta.
Abandoné la casa y salí a navegar.
Pregunté dirigiéndome a los peces:
—¿Qué es la libertad?— Y se mantuvo el silencio.
Atravesé continentes, peiné bosques intrincados, intentando obtenerlo de todas las criaturas inteligentes. Consideré, pregunté… Tratando de hallar la información pero fracasé, se equivocaron los bosques, paso en falso en la misión. Entré a las cuevas del desierto, pregunté a mamíferos, aves e insectos. Interrogué a bichos y reptiles-insectos alimañas “a toda clase de alimentos prohibidos.” Afirmaban que esta era una pregunta difícil. Pasé por Reinos grandiosos y lejanos. Pregunté a Reyes y a Plebeyos a Afligidos y Danzarines a Salteadores y a Honestos.
Ninguno me dio una respuesta. Al cruzar el umbral de acceso, al llegar a mi casa llegue a una reflexión en mi paradigma: La libertad se inicia cuando se renuncia a preguntar por ella y finaliza cuando ensanchamos la pregunta.


miércoles, 9 de octubre de 2013

Concurso Internacional de Microrrelatos Fundación César Egido Serrano - Museo de la Palabra

La Fundación César Egido Serrano - Museo de la Palabra, comunicó a través de una carta amable a los ganadores y finalistas del “Concurso internacional de microrrelatos” que organiza por tercera vez, los resultados del mismo. Esta organización realiza los concursos, según señalan, “para dar a conocer su objetivo, (…) poner la palabra como herramienta de convivencia entre culturas y religiones distintas y frente a toda violencia…”. El concurso “este año se ha hecho bajo el simbólico lema Palabra y Libertad”. Las lenguas en las que se han admitido los microrrelatos son: castellano, inglés, árabe y hebreo.
Han participado 119 países, con un total de 22,571 escritos.

El microrrelato ganador es:
 Primer Premio: Armando Macchia, natural de Argentina, por el relato “El Francotirador”.

EL FRANCOTIRADOR

Todos los días, mientras esperaba el ómnibus, un niño me apuntaba desde un balcón con el dedo, y gatillaba como un rito su arma imaginaria, gritándome “¡bang, bang!”. Un día, solo por seguirle el rutinario juego, también yo le apunté con mi dedo, gritándole “¡bang, bang!”. El niño cayó a la calle como fulminado. Salí corriendo hacia él, y vi que entreabría sus ojitos y me miraba aturdido. Desesperado le dije “pero yo solo repetí lo mismo que tú me hacías a mí”. Entonces me respondió compungido: “sí señor, pero yo no tiraba a matar”.

jueves, 18 de julio de 2013

REFLEJOS DEL TITICACA



Fotografía

Ernesto Aliaga Montesinos, iniciando la segunda quincena de este mes de julio, ha presentado en la Casa de la Cultura de Puno su tercera muestra fotográfica con el título de “Reflejos del Ande”. Son trabajos que muestran la naturaleza puneña, en este caso el lago, como elemento central a través de los reflejos que regala al ojo humano. Obsequios de nuestra naturaleza que Ernesto ha sabido recoger muy bien en una serie de imágenes que llaman a visitar las zonas por las que el fotógrafo puneño transita con regularidad a raíz del  oficio de guía de turismo que desarrolla. Ernesto señaló en la presentación que fotografiar estos paisajes sugestivos puede no ser tan sencillo, puesto que depende mucho de la paz interior de quien observa la “naturaleza del agua”, en este caso la del fotógrafo, sugiriendo que el agua, responde al mundo interior de los seres cercanos, en este caso la interioridad del fotógrafo, lo que hace pensar en una comunicación y conexión muy sutil entre la naturaleza y el ser humano.