domingo, 10 de enero de 2016

NOTA AL LIBRO “MÁS AL SUR”





Darwin Bedoya

Este texto aspira a manchar de tinta las manos que lo agarren. Juan Carlos ha escrito este conjunto de historias desde ese territorio imantador que es la búsqueda de temas y paisajes propios, que no se insertan en ninguna corriente, grupo ni tendencia dominante en el panorama actual de la narrativa que se escribe hoy entre nosotros. Más al sur es un libro erigido con la paciencia y el tono de un miniaturista medieval, pero escrito con el mundo actual como trasfondo. Podemos notar que las propuestas de este narrador no se encuentran en la línea de las corrientes virtualmente a la moda, sino que, por el contrario, muestran una atención profunda hacia los asuntos cotidianos de la gente del ande puneño. El autor, con estos siete textos, nos confirma su capacidad para generar atmósferas llenas de arcanos y de sutiles guiños en los que cada gesto está cargado de sentido. Tal vez estas historias sirvan para preguntarnos: ¿Qué es lo verdadero? ¿Dónde termina la ficción? ¿Somos lo que somos o lo que contamos? ¿Qué es la realidad sino un lugar ajeno, un escenario de paradojas que, simplemente, nos parece real? Quizá a partir de estas inquietudes se dé una sucesión de otras interrogantes, de vicisitudes que se van transformando en historias, con el rigor y los riesgos que toda búsqueda auténtica acarrea. Estas historias hablan también sobre el sentimiento de pertenencia y la necesidad de encontrar nuestro lugar en el mundo. Sentimiento y búsqueda que se van entramando con una destreza que muestra el dominio del lenguaje y una estructura atrevida y desfachatada, con una pulsión que concede el fogonazo del asombro, y es que el autor retrata —a veces con fino humor, otras con ternura y unas más de manera despiadada y realista— eso que llamamos «condición humana», al hacer confluir en sus personajes el peso de la historia con ese motor cotidiano que es el deseo en su más articulada expresión. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario